📌¿Qué hay de cierto en el Mito de la Media Naranja?

Cuando piensas en encontrar a tu media naranja puedes representarlo de dos maneras: que en algún sitio hay una persona destinada a encontrarme, que es mi alma gemela y que cuando nos unamos seremos una pareja perfecta y feliz; o que cuando encuentre una persona que encaje conmigo tendré una relación sana y satisfactoria.

El primer caso responde al mito, propiamente dicho, de que estamos destinados a encontrarnos y que cuando suceda todo encajará a la perfección.

Es fácil pensar que esto responde a la sensación de familiaridad que sentimos cuando nos enamoramos, de pensar que esa persona es la pareja perfecta y que todo es maravilloso, y que dura precisamente eso, lo que dura el enamoramiento.

También responde a la imagen romántica que nos ofrecen las películas de amor y a los cuentos de príncipes y princesas que nos contaron de pequeños, en las que todo acaba bien, como si se congelara el tiempo y ese amor permaneciese así, sin percances, para siempre…

Sin embargo esta creencia acaba provocando, en la gran mayoría de casos, frustración, búsquedas ansiosas de pareja que no acaban nunca, y decepciones necesarias cada vez que tu pareja no es como tú esperabas que fuera.

Por otra parte, si es cierto que muchas personas pueden decir que han encontrado a su media naranja cuando en su vida se sienten acompañados, comprendidos y amados por su pareja, y caminan juntos como si fueran una unidad, superando dificultades y apoyándose el uno al otro en aras de un proyecto de vida.

La relación de pareja, la del mundo real, está llena de diferencias que se han de sostener, de quiebres que se han de gestionar, de crisis que se han de superar…, y es el trabajo personal, la capacidad de madurez de cada uno lo que lo hace posible.

Cada uno de nosotros debemos construirnos y confirmarnos como personas completas, no como medias naranjas que buscan a su otra mitad, pues esta búsqueda solo implica carencia y necesidad, dependencia y sufrimiento.

Una relación de pareja es un reto y tu pareja un espejo en el que mirarte y ver todo lo que necesitas cambiar. La intimidad de una vida en común conlleva vulnerabilidad y cotidianidad, nos expone emocionalmente y nos obliga a reaccionar.

Lo que sigue depende de cada uno, si creemos que esa no es la persona que necesito, nuestra ira se enfocara en ella, en que ha de cambiar, en que es la responsable de mi infelicidad, y si no lo hace es que no es mi media naranja, por lo tanto no hay nada que hacer.

O decidimos cambiar nosotros, aprender a ser autónomos, autorresponsables, justos y tolerantes. Desarrollar nuestra inteligencia emocional y convertirnos en la persona que desearíamos tener delante, utilizar las dificultades para efectuar una transformación y amarnos profundamente, hasta “no necesitar” que nadie más lo haga.

Puede pasar que nuestra relación prospere o no, que nuestra pareja madure con nosotros o no, pero si se queda, si juntos superamos todos los obstáculos, es altamente probable que el amor aparezca como cuando sale el sol en un día gris, iluminando el camino por el que juntos caminamos. Y si esto sucede, tendremos. por bien seguro, la sensación de que hemos encontrado a nuestra media naranja…


Lluís Rodríguez

Psicólogo, psicoterapeuta y formador. Profesor de Eneagrama de la Personalidad.

error: ¡Contenido protegido!