El Perfeccionista

Este eneatipo nos habla de una persona con un comportamiento correcto, que se esfuerza por hacer las cosas bien, según los criterios establecidos, y con una tendencia muy marcada a corregir y aconsejar a los demás.


Sienten una gran necesidad de tener razón, si no es así se sienten rápidamente defectuosos, como si hubiera un fallo en ellos y tratan por todos los medios de demostrar que tiene razón para poder restaurar esta incómoda sensación.


Suelen ser personas disciplinadas, que se esfuerzan mucho por hacer lo que es debido y son capaces de hacer los sacrificios necesarios para cumplir con sus obligaciones. Además son educados y serviciales, con un elevado sentido de la moral.


Por otro lado son, a menudo, demasiado rígidos, con una dificultad añadida para ver los tonos grises de las cosas, “si no es como tiene que ser, es que está mal…”, lo que les provoca algunas dificultades en las relaciones pues esto se llega a transformar en un juicio hacia lo de los demás, una crítica que no siempre es bien recibida.


El “perfeccionismo” es una consecuencia lógica de una sensación visceral reactiva ante algo que no es cómo la persona cree que tiene que ser, lo que denominamos la “pasión” de la Ira, y esta reacción se siente como un impulso a la acción, a cambiar lo que no es correcto. Evidentemente todos hemos sentido esta sensación con más o menos frecuencia, pero en el caso del eneatipo 1 esto es algo casi habitual, que sucede de manera automática cada vez que interpreta algo como erróneo, malo o inadecuado, y que por otra parte le provoca un gran malestar cada vez que no consigue corregir lo defectuoso…

Estrategia principal: Esforzarse por ser perfecto

Una persona que trata de ser disciplinada, de hacer las cosas bien y de cumplir sus obligaciones. Para ello hace un gran esfuerzo por controlar sus emociones y sus impulsos, y todo aquello que considera negativo o un obstáculo para su objetivo.

Tiene una notable dificultad para relajarse si considera que algo está por hacer o si hay un problema que solucionar, su lema interior es que si algo se puede mejorar es obligatorio hacerlo.

Su mejor versión

Puede ser una persona con una moral elevada, defensor de la justicia y muy capaz de sacrificarse por el bien común.

Honrado y honesto, prácticamente incapaz de mentir, de engañar o de aprovecharse de alguien, es además un acérrimo defensor de la verdad.

Muy conectado con los valores humanos y capacitado para perseguir estos valores incluso por encima de sus intereses.Es habitual encontrar este eneatipo en legisladores, jueces, etc., por su compromiso con la sociedad.

Además tienen un gran poder de discernimiento fruto de la capacidad de ser objetivos en sus juicios y de guiarse por el bien común, la ética y la moral.

Su versión más neurótica

Pueden ser rígidos hasta el extremo, incluso con los demás, incapaces de perdonar y, aún más, de comprender a otros puntos de vista.

La represión a la que someten sus impulsos les provoca grandes golpes de ira, cuando ya no pueden más, y llegan a ser muy agresivos y a destruir la autoestima de cualquiera de forma fulminante.

Su propia sensación de defectuosidad le atormenta profundamente y les conduce a un estado de depresión y de soledad.

La imperiosa necesidad de tener razón en todo momento ocasiona un gran rechazo en los demás, su inflexibilidad impide una relación normal y acaban siendo rechazados.

La Pasión dominante: La “Ira”

 La ira se define aquí como una actitud de reacción contra lo  que nos presenta la realidad. Representa a personas que están al servicio del bien, la ética, la virtud y de todo lo que ellos consideran correcto y apropiado, tratando de ensalzar la moral en cualquier esfera de la vida en la que se desenvuelven. Debido a ello experimentan la ira como una actitud de intolerancia y crítica y la viven más bien dentro de una atmósfera de resentimiento que no tanto de hostilidad.

 Esta beligerancia no es simplemente un rechazo a cómo son las cosas sino también un contundente esfuerzo por conseguir cambiarlas para que sean como creen que deberían ser, tratando de corregir los fallos que perciben, tanto en los demás como en ellos mismos. A menudo con las sensación interna de que si todo fuera perfecto, por fin se podrían relajar.

 Independientemente del contenido, se trata de un diálogo interno con un tono permanente de evaluación y juicio y el uso frecuente de palabras como deberías y tendrías, que cuando evalúa como son las cosas las compara con su ideal de cómo deberían ser. Muchos de nosotros tenemos este tipo de diálogo habitualmente, y normalmente tratamos de calmarlo, pero su verdadero poder reside en el hecho de que creemos que sus juicios son acertados.

 Este es nuestro crítico interno, cuya función principal, como parte de la estructura de nuestra personalidad, es evaluar lo que nos está pasando, así como calcular nuestras acciones, y criticar, reprochar, castigar, o elogiar lo que observa.

La fijación: La “Corrección”

El deseo de ser correcto conlleva la creencia de que hay una manera concreta de cómo tienen que ser las cosas, una percepción de que se tiene la verdad o el acceso a esa verdad como si se tratara de un manual al que solo ellos tienen acceso.

Esta creencia, pues, toma la forma de un estilo de pensamiento en “blanco o negro”, o son las cosas como tienen que ser o es que están mal y hay que cambiarlas.

Esto ocasiona, a menudo, grandes dificultades para comprender o aceptar otras maneras de ser o de pensar, por lo tanto, son difíciles las relaciones cuando alguien no está de acuerdo con ellos y trata de que cambien de idea.

Tener razón es un imperativo, si no la tienen se pueden llegar a bloquear de forma importante y necesitan poco tiempo para utilizar su discurso interno en recuperar la razón a cualquier precio y volver al ataque, tratando de demostrar que ellos nunca se equivocan.

Las Alas

Cada eneatipo tiene cierta influencia de los eneatipos de los lados, lo que llamamos las alas. Si un eneatipo tiene más influencia de una ala que de otra decimos que esa es su ala, aunque no siempre esto se define con claridad ayuda a distinguir un ala de la otra como un subtipo diferente.

Eneatipo 1 con ala 9

Se conoce como “El Predicador”.

El ala nueve suaviza el temperamento agresivo del Uno y su impulso por cambiar las cosas se muestra con una actitud más cálida y flexible, por lo que se convierte más bien en un predicador de buenos ideales, un ejemplo de ética y moral, y no tanto un corrector disciplinario.

Eneatipo 1 con ala 2

Se conoce como “El Activista”.

El impulso por pasar a la acción es más prominente, más apasionado y vehemente. Más dado a pasar a la acción y ejecutar planes que le sirvan para ayudar a otros, muchas veces con un gran compromiso social, religioso o político. Se suma el perfeccionismo del Uno al deseo de ayudar del Dos.

Los Subtipos Instintivos

Los subtipos instintivos son el resultado de combinar un tipo psicológico con un instinto dominante. En la teoría del Eneagrama se contemplan tres instintos básicos: el de autoconservación, el sexual y el social; lo cual hace que multiplicando por los nueve tipos principales, obtengamos 27 subtipos. No hay subtipos puros, sin embargo en cada uno de nosotros influye de diferente manera un instinto u otro.

Autoconservación

Conocido como “Preocupación”

Es un Uno más dulce y emocional, el verdadero perfeccionista, trasforma su ira en buena voluntad con una actitud de servicio. Siente una gran responsabilidad, cuanto más le importas más se preocupa por ti, y aunque las cosas te vayan bien se mostrará preocupado igualmente. Detrás se oculta cierta ansiedad por que algo vaya mal, y un impulso notorio de tenerlo todo bajo control.

Sexual

Conocido como “Vehemencia”

Es un Uno que no oculta tanto la ira, la expresa con una notoria vehemencia que responde a un deseo de dominio del otro, de perfeccionar al otro. Se siente como una persona muy intensa, con un carácter fuerte, irritable y agresivo.  Actúan como si los demás no pudieran alcanzar la perfección sin su intervención y esto le da derecho a actuar sobre ellos, muchas veces de manera poco respetuosa.

Social

Conocido como “Superioridad”

Es el Uno que se siente más perfecto, que representa el modelo de perfección y que está muy por encima de los demás. Es un Uno más mental, más intelectual y más razonador. Siente una necesidad neurótica de tener razón, como si le fuera la vida en ello, y trata de imponerse sobre otros con la autoridad que se otorga a sí mismo. Es el Uno más rígido, más frío e imperturbable, y solo desea relacionarse con personas que estén a su nivel.

Eneatipo 1 en la pareja

Eneatipo 1 en el amor

Eneatipo 1 en series y películas

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