El Pacificador

Amable, bondadoso y tranquilo, muy tranquilo… Este es un estilo de personalidad que trata de poner la atención más en los demás que en sí mismo, una forma de evitar sentir emociones negativas a partir de promover la calma en el exterior, “si todos están contentos conmigo me sentiré en paz”. Una persona fácil y adaptable a la que nadie desearía molestar.

En su empeño por vivir tranquilo pone un gran esfuerzo en evitar todo tipo de conflictos, sean los propios o los de los demás. El Pacificador descubrió pronto que si quería vivir en paz debía aprender a no pedir demasiado, a conformarse con lo que hubiera y adaptarse a las expectativas de los otros, y para no sentir malestar interior, practica el olvido de sí, el yo no importo, prefiere renunciar a sus deseos antes que discutir quién sale ganando.

Su actitud es parsimoniosa, sin presiones, sin estrés, sin prisas. Otra manera de lograr la paz en su interior es la de mantener los impulsos a raya, las emociones estables, y lo hace pagando un precio, elimina la intensidad de su vida, todas aquellas sensaciones más profundas quedan apagadas en el olvido hasta el punto de perder el contacto directo con su parte instintiva.

Son por lo tanto prácticos, ven la vida de una forma sencilla sin necesitar complicaciones ni excesos, lo fácil es lo bueno. Las relaciones también fáciles, se adaptan y no demandan apenas, si hay problemas no se enfrentan, no pelean, no se exponen, se resignan y ceden todo lo que pueden, pero esto puede acabar en una ausencia de emociones, una falta de implicación que destruye silenciosamente cualquier vínculo. Son buenos, pero hasta lo bueno si es demasiado puede ser malo…

Una manera muy efectiva de comprender los estilos de personalidad es a partir de personajes de series y películas, en esta página os dejamos algunos ejemplos…

Estrategia principal: Esforzarse por estar tranquilo

El objetivo principal de este eneatipo es poder vivir tranquilo. Para ello centra su estrategia en la evitación de conflictos, tanto externos como internos, para ello tratan de contentar a los demás desarrollando un carácter apaciguador y bonachón, adaptándose a las demandas de los demás y molestando lo mínimo posible. Si los demás están en paz, yo puedo estar en paz.

En su mejor versión

En su búsqueda de paz, alcanza una auténtica expresión de generosidad. Su deseo de complacer no va dirigido a buscar la tranquilidad porque ya no la necesita, la siente en su interior, y su gran capacidad de ponerse en el lugar del otro le proporciona una gran comprensión del alma humana. Son personas conectadas con el amor y con la vida, amantes del ser humnano y también de los animales y la naturaleza en su conjunto, pues se sienten uno con todo ello. Su misión en la vida pasa a ser la de aportar al mundo los valores relacionados con la bondad amorosa que le otorga su eneatipo.

La versión más neurótica

En su impulso por desconectar de su visceralidad, de la ira, desarrolla una estrategia de evitación. Una estrategia de no involucrarse con nada ni con nadie, de no hacer nada y de postergar hasta el infinito. Las relaciones se convierten en un “déjame en paz” que muchas veces se expresa mediante una agresividad pasiva que desespera a los demás y que le acaba proporcionando lo que quiere, quedarse solo. Quedarse solo para matar el tiempo en el consumo de todo aquello con lo que consigue desconectarse de la realidad, máquinas electrónicas, juegos online, comida, televisión, etc. Se terminan convirtiendo en un robot insensible y descuidado, a quien parece que ya nada le importa.

La Pasión dominante: La “Pereza”

El hombre está dormido, este es el principio de todas las tradiciones espirituales, es por lo cual la realización espiritual suele llamarse despertar.  Aquí la pasión de pereza se refiere, no a ser reacio a moverse o hacer cosas, sino  a un impulso a poner la atención fuera de uno mismo, en el mundo exterior  y en la vida de los demás.  Y esto da como resultado que  la propia vida interior parezca  algo poco importante, tanto como para uno mismo como para los demás.

Atraídos por el camino de la menor resistencia,  tratamos de evitar el cuestionarnos demasiado  las cosas,  con una preferencia por las cosas fáciles, sin conflictos, y que no demanden mucha asertividad. La motivación inconsciente es permanecer en la superficie de la experiencia.

El punto Nueve del eneagrama es considerado el punto primario, en el cual los demás eneatipos se reflejan, y su pasión, la pereza,  la más central.  Esta pereza apunta sobre la tendencia en la mayoría de la humanidad a no reconocer que gran parte del mundo que vivimos es una realidad auto-impuesta, que poco tiene que ver con las cosas como realmente son.  Experimentamos el mundo a través de los filtros de nuestros condicionamientos, establecidos mayormente durante la infancia, y nos movemos por la vida  como en un trance, inconscientes de que hay más vida de la que experimentamos.  Y los demás eneatipos son variaciones de cómo tratamos de compensar esta falta de conexión.

La fijación: El “Escepticismo”

Nada es muy importante, ni nosotros mismos somos muy importantes. Desde esta perspectiva no tiene mucho sentido luchar por nada, sino que hay que conformarse con las cosas como son y éstas no van a cambiar porque así lo queramos. El escepticismo se enraíza en una impotencia generalizada, renunciamos a nuestra asertividad, evitamos cualquier conflicto y olvidamos nuestros deseos, puesto que no somos lo suficientemente buenos para merecerlos.

Las Alas

Cada eneatipo tiene cierta influencia de los eneatipos de los lados, lo que llamamos las alas. Si un eneatipo tiene más influencia de una ala que de otra decimos que esa es su ala, aunque no siempre esto se define con claridad ayuda a distinguir un ala de la otra como un subtipo diferente.

Eneatipo 9 con ala 8

Se conoce como “El Árbrito”

El Ocho aporta energía al Nueve, otorgándole una firmeza que compensa su natural blandura, aportándole el sentido de la voluntad. Estas características le dan unas muy buenas condiciones para oficiar de árbitro sin perder su eje, una persona que puede considerar la posición de cada una de las partes sin moverse de su actitud mediadora, e interviniendo con el modo agradable que le caracteriza. Este subtipo es más hedonista que el que tiene ala uno, más disfrutador, y también más dado a los excesos.

Eneatipo 9 con ala 1

Se conoce como “El Soñador”

El ala uno incentiva al Nueve su pensar utópico, basándolo en valores para la construcción de un mundo ideal. Dado que el Nueve no es una persona de acción, lo más probable es que estas utopías queden solo en el plano de las ideas, o bien se conviertan en consejos para otros. Muchas veces este Nueve se ubica en un rol de sabio consejero, y se percibe a sí mismo como realmente superior, viviendo y fomentando una vida purista, basada en el amor y la paz

Los Subtipos Instintivos

Los subtipos instintivos son el resultado de combinar un tipo psicológico con un instinto dominante. En la teoría del Eneagrama se contemplan tres instintos básicos: el de autoconservación, el sexual y el social; lo cual hace que multiplicando por los nueve tipos principales, obtengamos 27 subtipos. No hay subtipos puros, sin embargo en cada uno de nosotros influye de diferente manera un instinto u otro.

Autoconservación

Conocido como “Apetito”

Es el Nueve más terrenal, más egoísta y centrado en sí mismo. También es el más asertivo y agresivo de los tres dado que está muy conectado con su ala 8. Su agresividad es más bien como la de un elefante, con una fuerte presencia y un cuerpo grande, muchas veces con una apariencia bondadosa que parece que no haría daño ni a una mosca, pero que impone de tal manera que no se te ocurriría provocarle. Su manera de desconectar está enfocada en la distracción mediante cosas básicas como la comida, el ocio, el juego, etc. Su mundo perfecto puede ser estar solo en casa sentado al sofá y viendo una película, no pide mucho a la vida, valora las pequeñas cosas y los placeres sencillos. Son y quieren ser personas simples, a las que no les gusta complicarse la vida.

Sexual

Conocido como “Fusión”

Son más dulces y tiernos que los otros subtipos del Nueve, más inseguros y emocionales, incluso más románticos y melancólicos.  Su estrategia principal es la fusión con el otro, a veces el otro es un ideal o una persona del pasado, de la que se enamoró. En su deseo de hacer feliz y complacer a esta persona, encuentra su propia felicidad, hasta el punto en que es capaz de renunciar a sus propias necesidades por el bienestar de la relación, y ello casi sin ser consciente puesto que adquiere las necesidades del otro, las opiniones del otro y los gustos del otro como si fueran suyos. Sienten que sin esta persona no son nada y esto les conecta con un profundo sentimiento de soledad.

Social

Conocido como “Pertenencia”

Este es el Nueve contrapasional, el que menos parece un nueve, la Pereza no es visible, son personas más activas, amistosas y populares. Su carácter más alegre y extrovertido responde a un deseo de ser aceptado por el grupo, adopta el perfil de un buen compañero que cae bien a todos y con el que siempre se puede contar. La Pereza se transforma en una renuncia y desconexión de sus propios deseos, teme parecer egoísta o interesado y perder la valoración de los demás. Este es el Nueve más conocido como el Pacificador,  muy capaz de ponerse en el lugar de los demás para resolver conflictos, prescindiendo de una postura propia. La renuncia de sí mismo se manifiesta en una emocionalidad plana, una dificultad para sentir los picos, tanto de la alegría como de la tristeza.

Eneatipo 9 en la pareja

Este eneatipo aporta mucha tranquilidad a la relación, es complaciente, bondadoso y se le da muy bien escuchar. Son respetuosos y muy dedicados, y sobre todo provocan pocos problemas ya que se esfuerzan mucho por mantener la paz y evitar conflictos mediante, muchas veces,  una excesiva complacencia, hasta el punto de que puede llegar a aburrir a su pareja. Por otra parte, cuando los conflictos surgen inevitablemente, tiene una marcada tendencia a la evitación, a desconectar de sus emociones y desconectar por lo tanto de la otra persona. Ante esta actitud es muy frecuente que la relación se deteriore sin hacer mucho ruido, como si ya no le importara nada y como si su pareja ya no supiera qué hacer…

Eneatipo 9 en el amor

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